En este artículo daremos nuestro punto de vista sobre las principales causas de la obesidad basándonos en la evidencia obtenida por investigadores que han trabajado y continúan trabajando arduamente para dilucidar la verdad sobre este tema tan controversial en nuestra sociedad.

 

Desafortunadamente es sumamente común ver que la mayoría de los miembros de una sociedad, sin importar nacionalidad, raza, género o nivel cultural ven al obeso como alguien que padece ésta condición por su propia culpa. En lo personal, y de nuevo basándonos en evidencia, parece increíble que en pleno siglo 21 exista esta ignorancia (incluso en personal médico) sobre las causas de la obesidad que van mucho más allá de ser perezoso, poco disciplinado o tomar malas decisiones al momento de alimentarse.

 

Cuándo el paciente obeso se hace consciente de su situación y está verdaderamente decidido y comprometido con un cambio en su estilo de vida, desafortunadamente por lo general este compromiso no le basta para llegar a un peso sano o si lo logra le es extremadamente difícil mantener dicho peso.

 

Esta es la historia del 90% de nuestros pacientes y en base a nuestra experiencia profesional podemos decir con certeza que aquellos que se encuentran en dicha situación han pasado por un sinnúmero de esfuerzos y retos para buscar cambiar de forma definitiva su situación y si deciden someterse a un procedimiento quirúrgico es porque ya agotaron todas las demás opciones que han intentado por años o incluso décadas.

 

Muchas personas no obesas suelen considerar a la cirugía bariátrica como una salida fácil y juzgan de forma equivocada al paciente bariátrico al desconocer la enorme dificultad que tiene para mantener un peso sano a pesar de dar su mejor esfuerzo. Es muy fácil opinar basándose en creencias o experiencias personales, sin embargo aquellos que sí lo logran son personas que realmente no estaban condenadas genéticamente a ser obesas y realmente su problema estaba más relacionado con la actitud hacia su estilo de vida que a un problema genéticamente determinado.

 

El paciente obeso por lo general sufre por su condición, incluso en actividades cotidianas y “sencillas” como abrocharse el cinturón de seguridad del carro o avión, abrocharse los zapatos, ir de compras al supermercado, hacer fila en el banco, caminar distancias cortas, hacer ejercicio, etc; estas actividades son tan difíciles para ellos que muchos optan por evitarlas ya que representan un reto tanto físico como psicológico.

 

¿Por qué decimos que les afecta psicológicamente? Nosotros como sociedad, a nivel mundial, tendemos a discriminar al obeso, es objeto de burlas desde la escuela y es prejuzgado y se asume que su condición es debida a un inadecuado estilo de vida, malos hábitos alimenticios y falta de compromiso con ellos mismos, ser juzgado de esa forma durante años puede minar de forma impresionante la autoestima de una persona.

 

Después de décadas de investigación médica se ha comprobado que a pesar de que los malos hábitos alimenticios y un estilo de vida sedentario son causas de obesidad en algunos casos, la mayoría de los casos de obesidad tienen una explicación mucho más compleja, tanto que hasta la fecha no se han logrado determinar todos los factores involucrados en la biología de la obesidad.

 

Como dato interesante, ¿sabías qué los hijos nacidos de madres obesas tienen una mayor predisposición a padecer obesidad durante su vida adulta? ¿Y qué los hijos nacidos (hermanos de los previos) de madres postoperadas de cirugía bariátrica reducen dicho riesgo? Parece algo sacado de la ciencia ficción pero es información comprobada después de años de investigación en este tema.

 

A continuación te explicamos de forma sencilla lo que se sabe hasta el día de hoy sobre la biología de la obesidad y por qué una persona desarrolla obesidad.

 

La influencia de la Evolución en la obesidad

Existe el malentendido generalizado de que la obesidad se desarrolla únicamente debido a un estado crónico de exceso de alimento (energía) y poca actividad física (poco gasto de energía) que resulta en una acumulación de las calorías en exceso en forma de grasa corporal.

Sin embargo esta visión tan simplista no toma en consideración la gran cantidad de factores que determinan lo que comemos (nivel sociocultural y económico), que tan activos somos físicamente y de cómo nuestros cuerpos procesan la energía y se adaptan a los cambios de disponibilidad y gasto de energía.

 

En este sentido debemos considerar el contexto evolutivo del ser humano de cómo la procuración del alimento es indispensable para la vida. El deseo por la comida es uno de los comportamientos más poderosos en el humano y reino animal y es fundamental en la preservación de nuestra especie.

 

Existen muchos sistemas corporales que controlan nuestra ingesta de alimentos y nuestro peso. Estos determinantes biológicos han ido cambiando al paso de los siglos y una hipótesis que ha tomado auge es que existen genes (genotipos) ahorradores que han sido favorecidos debido a la mayor supervivencia y fecundidad conferidas a sujetos con estos genes cuándo los recursos son escasos.

 

Estos genes son contraproducentes en nuestros tiempos ya que favorecen la acumulación de grasa corporal en exceso como una forma de preparación a estados de inanición que nunca se presentan y el resultado es precisamente la obesidad.

 

Sin embargo la también alta prevalencia de gente con peso normal entre un ambiente Obeso-génico sugiere otra hipótesis como la del gen cambiante, tratando de explicar en términos sencillos, sugiere que la tendencia a la obesidad no es a causa de la adaptación del humano para estados de inanición sino que al paso de los siglos ha ido desapareciendo el riesgo de la depredación por lo que han existido cambios genéticos que progresivamente han llevado a una selección negativa de los factores predisponentes de la obesidad; este menor riesgo de ser presa de un depredador provocó cambios genéticos aleatorios que han afectado nuestros sistemas de control de energía y con el paso del tiempo se han vuelto más numerosos y prevalentes dando como resultado en una susceptibilidad genética a la obesidad. Esto aunado a los indudables y dramáticos cambios en la disponibilidad de alimentos y la vida sedentaria han favorecido esta susceptibilidad genética.

 

También está la hipótesis desde 2007 sobre las variaciones del gen FTO el cual está fuertemente ligado a incrementos en el Índice de Masa Corporal, este gen ha sido considerado como el gen de la obesidad. Dichas variaciones se presentan con el paso de décadas y son influenciadas por el ambiente.

 

Existen muchas hipótesis qué relacionan la genética con la obesidad, sin embargo no hay una teoría hasta el momento, lo qué si se sabe es qué no es solo un factor genético el involucrado sino muchos de ellos entran en juego para predisponer a qué una persona desarrolle obesidad.

 

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La influencia del Tracto Gastrointestinal en la obesidad

 

En años recientes el papel de tracto gastrointestinal como el órgano endocrino más grande del cuerpo ha emergido con fuerza. Las células del tracto gastrointestinal (GI, abreviado) llamadas células enteroendocrinas producen hormonas que juegan un papel muy importante en la regulación del peso corporal. Estas hormonas actúan a través de un complejo sistema neuroendocrino que incluyen el hipotálamo y centros de recompensa del cerebro para regular el equilibrio de la energía.

 

En la obesidad existe evidencia que este balance tracto GI-cerebro se pierde ya sea por alteraciones de los niveles de las hormonas circulantes o por una alteración en la respuesta de le los centros homeostáticos (de equilibrio hormonal) del cerebro.

 

Explicar a detalle los sistemas reguladores de estas hormonas no tiene mucho sentido pero considero que aquí radica gran parte de la respuesta al porqué una persona se ve condenada a la obesidad de no hacer cambios drásticos en su organismo como lo que se logra con la cirugía bariátrica. Algunas de las hormonas involucradas son el péptido YY, el péptido GLP-1, la leptina y la hormona grelina la cual estimula el apetito actuando en regiones clave del cerebro encargadas del control de la alimentación y recompensa, ésta hormona es producida por las células del estómago y es una de las principales explicaciones fisiológicas del porqué de la gran efectividad de procedimientos bariátricos como el bypass gástrico y la manga gástrica en la reducción de la intensidad y frecuencia del apetito.

 

Así como estos factores principales, existen muchos otros implicados en la propensión a la obesidad, algunos ejemplos son:

 

La influencia de los Medicamentos en la obesidad

 

Algunos medicamentos pueden ser causa de obesidad o aumento de peso, algunos ejemplos son los antidepresivos, anticonvulsivantes o antiepilépticos y los corticoesteroides.

 

La influencia de las Enfermedades en la obesidad

 

Algunas enfermedades hormonales causan sobrepeso y obesidad, entre ellas está el hipotiroidismo, síndrome de cushing y el síndrome de ovario poliquístico.

 

La influencia del Ambiente en la obesidad

 

Sobre este tema podríamos desarrollar un artículo completo, en resumen casi todo lo que nos rodea en el mundo actual nos empuja consciente o inconscientemente a ganar peso.

Cosas tan sencillas a las que no les ponemos atención como la falta de áreas adecuadas para ejercitarnos ya sea públicas o privadas (o con costos elevados), largas jornadas de trabajo que nos dejan poco tiempo para ejercitarnos, publicidad que nos incita a comer, porciones de alimento exageradas en los restaurantes, etc.

 

Es importante sin embargo, que cada uno de nosotros reconozcamos que estos factores ambientales nos afectarán únicamente si nosotros lo permitimos.

 

La influencia de los Factores Emocionales en la obesidad

 

Es muy común que el paciente obeso caiga en un círculo vicioso en el que la comida es su “salida” de emociones como enojo, tristeza, emoción, etc.

 

La influencia de la Edad en la Obesidad

 

Es bien sabido que conforme avanza la edad de un individuo su metabolismo tiende a ser cada vez más lento. Se dice que a partir de los 35 años de edad por ejemplo, aunque una persona no haga cambios en su actividad física ni en su alimentación, aun así está destinad@ a aumentar 1 kg de peso por año. Esta situación puede ser revertida o combatida eficazmente si la persona tiene el hábito de ejercitarse regularmente ya que esto evitará que su metabolismo tienda a la disminución.

 

La influencia del Embarazo en la obesidad

 

El embarazo es una forma natural y fisiológica de aumento de peso y en verdad considero que no debe ser excusa para aumentar de peso a un grado en el que después del embarazo no se logre perder ese exceso casi en su totalidad. Platicamos extensamente respecto a este tema en nuestro artículo sobre manga gástrica y embarazo.

 

La influencia de la Falta de Sueño en la Obesidad

 

Las investigaciones demuestran que la falta de sueño provoca que una persona tenga deseos por alimentos de mayor índice calórico ya que el sueño ayuda a mantener un adecuado balance de las hormonas involucradas en el apetito como la grelina o la leptina.

 

Cuándo no se duerme lo suficiente los niveles de grelina se elevan por lo que se aumenta la sensación de apetito. Incluso se ha observado una relación entre la falta de sueño y falta de efectividad de la insulina en el cuerpo lo que al largo plazo podría asociarse a un mayor riesgo de desarrollar diabetes.

 

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Tratamiento de la obesidad

Sin profundizar demasiado en el tema podemos decir que el manejo adecuado de la obesidad es mucho más complejo que simplemente comer menos y ser más activo, está comprobado que aún con medidas como la restricción en la ingesta de calorías y programas de intervención en el estilo de vida que incluyen las dietas, ejercicio y apoyo psicológico que pueden ser efectivas a corto plazo, desgraciadamente al largo plazo la gran mayoría de los pacientes recuperaran dicho peso.

 

En la actualidad el tratamiento farmacológico de la obesidad no ha logrado los resultados esperados tampoco y en muchas ocasiones dichos medicamentos han sido retirados del mercado debido al incremento en efectos secundarios adversos severos como alteraciones psiquiátricas o efectos cardiovasculares. Y aquellos que son aceptados y disponibles muestran una efectividad de pérdida de exceso de peso corporal de solo 3 al 9% aproximadamente.

Por último la cirugía bariátrica y metabólica se ha mostrado como un tratamiento eficaz de la obesidad logrando una pérdida de peso duradera de 50 al 75% del exceso de peso dependiendo del procedimiento, una mejoría significativa en el control o incluso curación de enfermedades deteriorantes relacionadas con la obesidad. La American Diabetes Association ha aceptado que la cirugía bariátrica es la única cura que existe actualmente para la diabetes mellitus tipo 2.

 

A la fecha, la cirugía metabólica y bariátrica es el único tratamiento considerado efectivo en pacientes con obesidad severa ya que sus efectos positivos son duraderos y significativos en el largo plazo. Es por eso que los procedimientos bariátricos alrededor del mundo van en aumento en las últimas décadas en pacientes que son candidatos a la cirugía bariátrica siendo los más frecuentemente practicados el bypass gástrico, la manga gástrica y la banda gástrica.

Si de casualidad estás leyendo esto y no eres obeso te invitamos a reflexionar profundamente sobre todo lo que acabamos de explicar para que la próxima vez que veas a una persona obesa recuerdes que no podemos ser prejuiciosos y dar por sentado que su problema es por su culpa únicamente.

 

Hay que ser empáticos tal y como lo serías con una persona enferma de cualquier otra cosa que no sea obesidad y estar consciente de que puede haber muchísimos más factores detrás de esta condición.


Tu turno, comparte tus comentarios, si tienes planes de operarte o si ya te operaste cual ha sido tu experiencia y resultados.



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Escrito por Gabriel Rosales

El Dr. Gabriel Rosales es un cirujano certificado y altamente calificado, en constante búsqueda de las últimas innovaciones en el campo de la cirugía de obesidad para así ofrecer a sus pacientes la mejor atención posible.