En dos artículos anteriores de nuestro blog ya hemos hablado sobre la relación entre el coronavirus con la obesidad y la relación entre la infección por este virus y la mortalidad aumentada en pacientes que sufren de obesidad. Existen estudios (revista Annals of Internal Medicine) que colocan la obesidad como un factor de riesgo de mortalidad aún mayor que la diabetes e hipertensión arterial en pacientes con coronavirus.

 

Queremos hacer hincapié en la importancia de mantener un peso saludable durante esta pandemia ya que al limitar nuestras salidas de casa nuestra actividad física se verá afectada en mayor o menor medida. 

 

Nuestra mejor recomendación es que a pesar de que limitemos nuestras salidas y actividad física, busquemos la forma de sustituirlos para no perder nuestra rutina si es que ya la teníamos, y si no teníamos ninguna rutina de ejercicio es el momento ideal para empezar.


¿Por qué es tan importante el tema de evitar la obesidad en estos tiempos de pandemia?

La respuesta es muy sencilla: la CDC y otras instituciones internacionales enfocadas en enfermedades infecciosas y enfermedades crónicas, confirman que la mortalidad es mucho mayor en aquellos pacientes que sufren de obesidad (más del doble cuando el IMC es de 45 o más y de casi el doble en IMC de 40 a 45). 

 

Incluso han cambiado la clasificación de lo que se consideraba como obesidad de riesgo de un índice de masa corporal de 40 a un índice de masa corporal de 30, es decir cambió de un IMC de obesidad mórbida a sólo de obesidad.  

 

Con la evidencia acumulada con el paso de los meses y los múltiples casos de pacientes que terminan en un área de cuidados intensivos debido a la infección por COVID-19 se ha comprobado que no necesitan tener una obesidad extrema para estar en un mayor riesgo de padecer una enfermedad más severa. Con sólo padecer obesidad su riesgo es más elevado que en el de la población general y si a esto le agregamos que es un paciente que padece de diabetes, hipertensión arterial, apnea obstructiva del sueño, asma o alguna otra enfermedad relacionada con la obesidad su pronóstico es todavía más desfavorable.

 

Todo lo anterior sin tomar en consideración que en los pacientes obesos es más difícil el manejo general en un área de cuidados intensivos desde el momento en que requieren ser intubados, movilizados, valorados clínicamente y hasta el momento en el que se requiere un estudio de imagen como una tomografía computada.



¿Por qué hablar de obesidad y coronavirus en un blog de cirugía de obesidad? 

A pesar de que aún no tenemos claros los lineamientos para decidir cómo y cuándo se deben reiniciar las cirugías bariátricas (manga gástrica, etc) para el tratamiento de la obesidad y asimismo definir qué pacientes necesitan ser operados primero: si los más sanos o los que están en mayor riesgo, en Obesity Free consideramos que bajo los estándares de evaluación y escrutinio de la infección por coronavirus, los pacientes que están listos para operarse desde el punto de vista de evaluaciones, deben ser operados lo más pronto posible, siempre y cuando cuenten con lo antes mencionado y su cirugía pueda ser realizada en un hospital sin casos de COVID-19.

 

La razón es sencilla: considerando el gran riesgo de que una combinación de obesidad e infección severa por coronavirus se presente, creemos que vale la pena el riesgo de ir a un hospital a resolver un problema que probablemente lleva años gestándose (obesidad sin respuesta a manejo médico) en cuyo caso el riesgo de adquirir la infección es baja cuándo se toman las medidas apropiadas. 

 

De esta forma se resolverá el problema de la obesidad, no de forma inmediata pero sí en un periodo de tiempo que puede ir de 6 a 18 meses, tiempo que ciertamente transcurrirá rápidamente y sin la certeza de haber logrado controlar la situación de pandemia y por lo tanto todavía corriendo el riesgo de infección aunque ahora, menor gracias a la cirugía de pérdida de peso.




¿Por qué tanto énfasis en perder peso durante esta pandemia?

Además de lo ya mencionado, debido a la situación en la que nos encontramos, ya sea por solidaridad, civismo o amor propio debemos mantenernos lo más aislados posibles aquellos que pueden llegar a enfermarse y requerir ser aislados y se encuentren solos o con poca ayuda. Además de que durante un período considerable de tiempo no podrán tener actividad física y mucho menos hacer ejercicio, hay que tener en consideración que dichas personas se encontrarán más expuestas a alimentos poco saludables como enlatados o no perecederos. Esto conlleva que dichos alimentos sean altos en sodio y en general de menor calidad nutricional lo que propicia a mediano y largo plazo un mayor aumento de peso en dichos pacientes. 



Debemos hacer lo posible como sociedad y como médicos evitar la conjunción de esta nueva pandemia con la epidemia de obesidad que afecta a tantos ciudadanos estadounidenses y mexicanos, no olvidemos que somos los países número 1 y 2 en obesidad a nivel mundial.

 

Referencias:

https://www.worldobesity.org/news/statement-coronavirus-covid-19-obesity

https://www.ajmc.com/view/kaiser-severe-obesity-boosts-risk-of-covid-19-death-especially-for-the-young